Hard skills vs soft skills: ¿cuáles buscan los reclutadores?

¿Prefieren los reclutadores a un perfil muy técnico o a alguien con habilidades sociales fuertes? La respuesta, como muchas cosas en selección de talento, es: depende.

En un mercado laboral cada vez más competitivo, entender la diferencia entre hard skills y soft skills es clave tanto si buscas empleo como si estás contratando. En este artículo, te contamos qué son las hard skills, cómo se comparan con las soft skills, y qué valoran realmente los reclutadores según el tipo de puesto y sector.

Qué son las hard skills y ejemplos por sector

Las hard skills (o habilidades duras) son aquellas capacidades técnicas o conocimientos que se pueden medir y enseñar. Suelen adquirirse a través de la formación, la experiencia profesional o certificaciones específicas.

Ejemplos por sector:

• Tecnología: programación en Python, análisis de datos, manejo de herramientas como Figma o Jira.

• Marketing: SEO, campañas en Google Ads, análisis de KPIs, uso de CRM.

• Finanzas: contabilidad, análisis financiero, uso de Excel avanzado o SAP.

• Ventas: conocimiento del producto, manejo de CRM, técnicas de cierre.

• Industria/Operaciones: lectura de planos, uso de maquinaria, control de calidad.

Qué son las soft skills y por qué importan cada vez más

Las soft skills (o habilidades blandas) son aquellas relacionadas con el comportamiento, la personalidad y las competencias sociales. Aunque no se pueden medir con una prueba técnica, son clave para el éxito en cualquier entorno profesional.

Ejemplos comunes de soft skills:

• Comunicación efectiva

• Trabajo en equipo

• Pensamiento crítico

• Gestión del tiempo

• Adaptabilidad

• Liderazgo

• Resolución de conflictos

En los últimos años, estas habilidades han ganado protagonismo. Según un informe de LinkedIn, el 89% de los fallos de contratación se deben a una mala adaptación del candidato al entorno o al equipo, no a una falta de conocimientos técnicos.

¿Qué valoran más los reclutadores?

La respuesta corta: ambas. Pero el equilibrio entre hard y soft skills depende mucho del nivel del puesto y del sector.

Según el nivel del puesto

• Puestos junior: Se suelen priorizar las hard skills, porque es más fácil evaluar si alguien sabe usar Excel o programar en un lenguaje determinado. Aun así, los reclutadores ya buscan cierta actitud proactiva o capacidad para trabajar en equipo.

• Puestos senior o de liderazgo: Aquí las soft skills cobran mucho más peso. No basta con saber hacer las cosas: hay que saber liderar, comunicar, tomar decisiones y adaptarse a situaciones complejas.

Según el sector

• Tecnología o ingeniería: Las hard skills son imprescindibles, pero muchas empresas valoran especialmente la capacidad de aprender rápido y trabajar de forma autónoma.

• Ventas y marketing: Aquí la combinación es clave. Saber leer métricas o dominar un CRM no sirve de mucho si no se tiene empatía, persuasión o capacidad para generar confianza.

• RRHH y dirección: Se espera una base técnica sólida, pero las habilidades interpersonales marcan la diferencia.

Cómo demostrar tus skills en un CV o entrevista

Tanto si eres candidato como si estás asesorando a uno, lo más importante es no limitarse a enumerar habilidades. Hay que mostrarlas con ejemplos concretos.

En el CV:

• Usa frases como:

  “Optimicé campañas de Google Ads, mejorando el CTR en un 30%” (hard skill)

  “Coordiné un equipo de 5 personas en un entorno multicultural” (soft skill)

• Destaca certificaciones, herramientas, idiomas, etc. en una sección de habilidades técnicas.

En la entrevista:

• Prepara ejemplos reales donde demuestres cómo aplicaste esas habilidades.

  Ejemplo: “En mi último proyecto, cuando surgió un conflicto entre departamentos, propuse una reunión conjunta para alinear objetivos y evitamos retrasos.”

• Si tienes resultados medibles, compártelos. A los reclutadores les encanta ver impacto.

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